Según una encuesta realizada por PMI®, casi el 40% de los que fueron preguntados sobre cuál es la principal razón del fracaso de su proyecto, opinaron que fue la falta de alineación con la estrategia de la organización. Esto nos hace pensar que existe una relación muy estrecha entre los beneficios que se desean obtener a nivel estratégico y el resultado final los proyectos.
De hecho, a la hora de seleccionar qué proyectos se deben acometer, o cuáles son mejores que otros, se debe identificar dónde está el valor para la empresa y así las diferentes iniciativas se podrán utilizar para alcanzarlo. Sin duda, no todos los proyectos son iguales, y un factor clave para la supervivencia de las organizaciones es identificar cual es el mix (combinación ganadora) adecuado en cada momento.
Una buena idea es clarificar y definir cuáles son estos factores –para cada empresa serán unos diferentes-, e intentar cuantificarlos, de forma que se pueda realizar una gestión objetiva y profesional y, sobre todo alineada con la estrategia corporativa.
Por consiguiente, no siempre se puede actuar de esta forma, y el entorno, la naturaleza de las posibles iniciativas, las corazonadas y otros factores de naturaleza humana pueden influir de manera determinante.
En esta jornada vamos a analizar estos dos enfoques para seleccionar proyectos. Además, analizaremos algunos de los casos con los que me he encontrado en mi carrera profesional. Y que me han ayudado para determinar qué puede hacer la organización desde el punto de vista de la gestión para optimizar el portfolio y afrontar el reto de dedicar recursos a los proyectos clave.
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