Cuando estamos planificando a la planificación de nuestros proyectos, damos pon sentado que ciertas cosas van a ocurrir, sin más. Es lo que se denominan hipótesis o assuptions. Por ejemplo, asumimos que cuando entremos al ascensor, éste nos subirá con seguridad a la planta que deseemos. De hecho, esta operación, la hacemos sin dudar, es decir contamos con que pasarán o no sin cuestionarnos se será así o no.
Pero la realidad en muchos casos no coincide con nuestras hipótesis y es en este momento cuando nuestro proyecto y el cumplimiento de sus objetivos puede estar en peligro.
El impacto de la incorrecta identificación de las hipótesis del cliente
Así, el proceso de la gestión de las hipótesis es fundamental para asegurar el éxito del proyecto. De hecho, por la propia naturaleza de las mismas, el equipo de proyecto puede pensar de forma autónoma que los diferentes stakeholders o incluso el cliente, tienen unas necesidades o requisitos determinados, -que sin confirmar directamente y explícitamente con ellos-, lo dan por cierto.
Incluso se puede llegar a afirmar que el cliente necesita que el proyecto disponga de una determinada funcionalidad porque es lo que necesita. Pero, podría no ser acertado, y es es factible que no sea exactamente así, o que incluso aunque sea cierto, no represente un gran interés en las prioridades del stakeholder.
De hecho, es fundamental que las hipótesis se contrasten y comprueben sistemática y explícitamente. En las principios de las metodologías ágiles como scrum, es fundamental la transparencia y la comunicación entre el Product Owner o representante del cliente con el Scrum Team o el equipo que va a desarrollar el proyecto. Así, este equipo necesita que el Product Owner escriba detalladamente las funcionalidades que necesita obtener con el proyecto y que además las ordene de mayor a menor prioridad, según su criterio. De esta forma, las hipótesis sobre este aspecto están contrastadas y alineadas con las del agente.
Hipótesis y riesgos
De lo expuesto anteriormente, podemos apreciar la relación directa que existe entre la identificación de las hipótesis y la gestión de riesgos o de la incertidumbre de nuestro proyecto. Si no hemos identificado estas hipótesis, nuestro proyecto, en realidad, estaría en riesgo y no estaríamos aplicando las buenas prácticas en gestión de proyectos. Por lo que para que la gestión de riesgos de nuestro proyecto sea efectiva, debemos establecer como pre-requisto, que se desarrolle una completa identificación de las hipótesis de planificación. De forma que incluso en los primeros documentos que podemos encontrar cuando desarrollamos el proyecto, como es el Acta de Constitución o Project Charter, se deben incluir las hipótesis de cálculo, de forma que se comunique y que los stakeholders conozcan estos aspectos.
Puesta en práctica
Ya sabemos lo importante que dispongamos de una lista de hipótesis. Pero un aspecto realmente relevante es cómo integrar la gestión de las hipótesis en el día a día del proyecto. Así, cuando estamos gestionando a un equipo, podemos realizar varias acciones como, por ejemplo:
- Taller de identificación de hipótesis de los stakeholders: Con esta herramienta, les tenemos que pedir a todos los miembros del equipo de proyecto que, de forma independiente, escriban en un papel una lista con las hipótesis de su proyecto (se pude usar las técnicas del mapa mental o mind maping). Una vez han concluido, se deben poner con común, de forma que se identifiquen posibles discrepancias y así resolver la cuestión. Incluso con la interacción de los stakeholders
En conclusión, podemos afirmar que nuestros proyectos se asientan sobre hipótesis o asunciones, que en muchos casos damos por ciertas sin valorar si lo son. Aumentando de esta forma el riesgo o incertidumbre de los mismo, por lo que todo el equipo de gestión del proyecto debe estar focalizado en la identificación y comprobación de su veracidad.