El pasado jueves 29 de Ocubre,junto con mi compañero José María Diaz Pavón, comenzamos una serie de jornadas introductorias a la gestión de la postventa en el sector inmobiliario.
Durante la primera, tratamos contenidos básicos, así como dialogamos con los asistentes sobre la necesidad o no de este servicio en los momentos que corren.
Todos coincidimos de que hoy en día para poder vender (siempre con el permiso de los bancos…) no sólo es necesario tener un buen producto, sino que se debe envolver en servicios de valor añadido que hagan percibir al comprador que el dinero que está pagando por la vivienda está bien utilizado, y por lo tanto que está haciendo una buena compra.
Las estadísticas nos dicen, que cuando tratamos de vender productos similares sin grandes diferencias, el 70% de las posibilidades de venta dependerán del precio. En cambio, cuando logramos incluir en nuestro producto otros aspectos tanto objetivos como subjetivos (imagen de marca, prestigio,…), la situación cambia.
En este caso el comprador será influido tan sólo en un 30% por el precio.
Uno de los ejemplos más claros los tenemos en las marcas de automóviles, Skoda y Audi; ¿Qué diferencia existe entre ellos?.