La gestión del cambio en una organización es un aspecto clave para su evolución y, por tanto, para su supervivencia en el mercado. Pero el cambio no es fácil, muchos son los factores a tener en cuenta para que poder pasar del “hoy” al mañana (futuro deseado), se produzca de forma exitosa. Como puedes ver en las 10 barreras para el cambio en mi organización.
De hecho, el control sobre las acciones, proyectos o iniciativas que se deben acometer, es fundamental para asegurar que dichos esfuerzos están completamente alineados con la estrategia y las necesidades de la organización. Además, otro aspecto a considerar es cómo se acometen dichos cambios; evidentemente los cambios estratégicos son los más relevantes, pero normalmente, y debido a su alcance, suelen necesitar mucho tiempo y recursos.
Esto hace que en muchas organizaciones la gestión del cambio sea complicada y no llega a completarse porque los beneficios tardan mucho en llegar y esto puede producir dos grandes problemas: la desmotivación y pérdida de reputación por la tardanza en obtener resultados, y posiblemente el más importante, que cuando se empiecen a obtener estos resultados, ya no estén alineados con la realidad de la organización.
No hay que olvidar que una organización es un “ente vivo”, que evoluciona y cuyas necesidades cambien constantemente. Así, si la estrategia del cambio no está alineada, en todo momento con estas necesidades, existe un gran riesgo de desalineación.
QWP Quick Win Projects
De ahí, que, en nuestra opinión es muy necesario la planificación de proyectos que, sin ser estratégicos, aporten valor de forma rápida y cuyos resultados puedan usarse en el día a día de la organización. Esto consigue atacar los dos posible problemas que comentábamos anteriormente: aumentar la reputación del cambio y la implicación y engagement de la organización, al comprobar, que, efectivamente, el cambio funciona y es beneficioso. Y, por otra parte, se puede ir comprobando que el proyecto está alineado y detectar si hay que cambiar la orientación de la estrategia.
Hazlo por fases
De lo expuesto anteriormente, no es conveniente realizar una planificación de una sola vez y no revisar, periódicamente la realidad de la organización y la conveniencia, por tanto de la estrategia adoptada. Así, en el esquema del ecosistema de la gestión del cambio que podéis ver a continuación, se puede apreciar que cada cierto tiempo, cuando se termine cada fase, se debe realizar un análisis completo para asegurar la alineación de los esfuerzos.
También podemos apreciar cómo en cada fase conviven varios tipos de proyectos, estratégicos, también sub-estratégicos que son parte de del principales, pero van aportando valor lo antes posible, y los QWP. Así, una clave fundamental es balancear estos tipos de proyectos para identificar la mejor combinación entre estrategia, resultados rápidos e impacto en la organización.