En estos días que vivimos vemos cómo poco a poco la sociedad se va introduciendo más y más en el mundo de la comunicación tecnológica y en especial en el mundo de la web 2.0 o las redes sociales.
Constantemente se están proponiendo cursos donde se enseña lo importante que es tener un perfil en facebook, en linkedin, xing, twitter, tuenti,… etc. Se nos dice una y otra vez que si no estás en la red… no existes!.
Pero también está surgiendo una nueva tendencia, no sabemos bien si basada en la teoría de los contrarians, que consiste en hacer o decir lo contrario de la tendencia general, que está radicalmente en contra de las redes sociales. De hecho, se está instalando entre «los modernos», lo más fashion es pasar de las redes sociales. Ya hay libros, websites,…
¿Quién tiene razón?
Creo que cada cual opinará según su experiencia. Sin duda la irrupción de la redes sociales en nuestra vida ha generado un montón de sinergias y está creando un nuevo paradigma, bajo mi punto de vista propone una revolución social de un calado que no llegamos a valorar y que tan sólo el tiempo dirá.
Pero tampoco hay que obviar los nuevos riesgos y problemas que pueden surgir; desde la protección de los menores hasta la alineación de la realidad y el crearse un mundo artificial que limite las relaciones personales tradicionales.
Para muestra un botón, mirad el artículo que ha salido en El País.
Merece la pena leerlo con detenimiento. Resumiendo, la compañía estaba cansada de su viejo logo y decide cambiarlo, supongo que después de haber pagado una pasta a los consultores estratégicos… Finalmente sacan la nueva imagen y tienen una oposición frontal de un sector de sus clientes que organizados en la web 2.0. Éstos presionan de tal forma a GAP, que decide retirar el logo.
Imaginaros las tensiones y presiones que se vivirían en el Consejo de la compañía durante esos días; por una parte el equipo de marketing y estrategia que había apostado por un cambio (con lo que cuesta cambiar!!!) y que después de mucho esfuerzo convencen al Presidente. Y ahora qué…
El logo de la discordia
Probablemente se rieron de los primeros movimientos de los clientes. De la lectura de este artículo, como veis se pueden sustraer varias moralejas, que no por clásicas y conocidas pierden su valor y actualidad, por ejemplo: no hay desdeñar el poder del cliente y si lo aplicamos a nuestro sector, esto nos recuerda la manida frase del buen promotor «Construimos lo que quiere el cliente«.