Para que un director de proyecto, aporte valor añadido, más allá de la mera gestión de unos recursos para alcanzar unos objetivos, éste debe integrar funciones avanzadas que abarquen aspectos más amplios y muy relacionados con los requisitos tanto del cliente como del usuario.
Así, en el PMBOK©, vemos como un proyecto, a nivel general y respecto a la dirección de proyectos, se estructura de la siguiente forma:
Donde un equipo de Dirección del Proyecto, dirige a su equipo (team management), y también se encarga de la comunicación con el patrocinador del proyecto.
Las caras de un Project Manager.
Pero en el mundo tan complejo en el que nos desarrollamos, es más que posible que cuando terminemos un proyecto, incluso habiéndolo ejecutado exactamente con lo planificado, ya no sea tan beneficioso como se ideó, o incluso esté desfasado.
Esto es así, ya que vivimos en la sociedad del cambio, y tanto los gustos como las necesidades de los usuarios también pueden sufrir modificaciones radicales en poco tiempo.
Es un factor que no se puede obviar, y que un PM, debe observar y tener muy en cuenta.
La primera: Customer Manager.
Entendida como que el PM, debe ser capaz de analizar los posibles cambios del mercado o de las necesidades y gustos del usuario final. Así, deberá establecer los mecanismos de control, a lo largo del ciclo de vida del proyecto, de forma que se identifiquen lo antes posible estos cambios, y por tanto se reoriente el proyecto.
Asegurándose que los requisitos iniciales siguen siendo válidos.
La segunda: Business Manager.
Evidentemente es el director del proyecto del propietario del negocio al que el proyecto servirá. Sin la primera, puede fallar ésta. Ya que se puede estar informando incorrectamente al cliente sobre una rentabilidad ficticia, ya que no los parámetros sobre los que inicialmente se calculó, han cambiado.
Tiene que pensar como su cliente e identificar y proponer las mejoras necesarias en el proyecto, con el fin de mejorarlo y aumentar su rentabilidad.
La tercera: Team Manager.
En este caso, su función es la de actuar como un motivador de personas, cuyo objetivo es focalizar el esfuerzo del equipo hacia la consecución de los objetivos. Manteniendo la moral y detectando y corrigiendo las disfunciones personales del equipo que puedan afectar al proyecto.
La cuarta: Project Manager.
Actuando como gestor de los recursos del proyecto, optimizando y usando las técnicas de gestión adecuadas.
La quinta: Stakeholder Relationship Manager.
Debe ser un relaciones públicas, y además de captar los intereses y necesidades de los agentes afectados por el proyecto, también debe ser capaz de crear entre ellos un ambiente positivo hacia el proyecto y su equipo, lo que redundará en los resultados del mismo.
Flexibildad
En resumen, un PM, deber ser un compendio de roles, y todos ellos tienen un denominador común, la observación de lo que ocurre en su entorno y de esa percepción ser capaz de adaptar el proyecto a la realidad, en aras del beneficio del proyecto.
Para ellos una mentalidad flexible es fundamental para aceptar de forma positiva, cambios y recomendaciones que sin duda, pueden llegar a complicar el desarrollo del proyecto.