Hace poco me regalaron el libro de Stephen Covey “Asegurar resultados en tiempos de incertidumbre”. Stephen es uno de mis autores preferidos, de hecho su obra “los 7 hábitos de la gente altamente efectivas” es uno de los libros que más me han influido, y es altamente recomendable.
En el primero, apunta que para conseguir los objetivos profesionales ( pero también personales), se deben tener en cuenta cuatro puntos básicos:
- Ejecución excelente.
- Alto nivel de confianza.
- Conseguir más con menos.
- Transformar el miedo en compromiso.
Hay que tener un plan!… y objetivos.
Si os dais cuenta, todo parte de tener un plan, y de haber definido una estrategia para alcanzar los objetivos. Lo que evidentemente, implica tener objetivos. Esto que parece tan evidente, a veces no es así.
De hecho, en entornos de crisis como en el que estamos, se plantean innumerables opciones donde interesarnos. Esto es tan así, que la palabra crisis en chino se traduce como riesgo y oportunidad.
Esto ocurre especialmente cuando cambia nuestra situación laboral; cuando acabamos de estudiar o perdemos el trabajo. En estos momentos nos damos cuenta que el mundo está lleno de oportunidades, se pueden hacer muchas cosas. Si bien, muchas de ellas –la mayoría- no son factibles, bien por no ajustarse a nuestras capacidades o simplemente porque no funcionan.
El verdadero reto es determinar cuáles son las que sí pueden funcionar.
Focalización
Y así, Covey aconseja quitar la paja y determinar un aspecto concreto y focalizar todos los esfuerzos en él. Evitando por tanto la dispersión.
Pero esto no es fácil, y la mejor forma de afrontarlo es sistematizando este proceso de decisión, os propongo el siguiente modelo:
Pasos a seguir
PASO 1: El más importante. En primer lugar habría que determinar nuestro paradigma, es decir cuál es la directriz principal de nuestras decisiones. También lo podemos definir como nuestro objetivo de alto nivel. Ésta puede ser:
- Una forma de vida.
- Una zona de España (o del mundo).
- Un trabajo concreto.
De forma que a partir de esta primera decisión podamos ir concretando qué se puede hacer para conseguir alcanzar ese primer objetivo de alto nivel.
Una vez predeterminado, hay que valorar su viabilidad; es decir, si realmente se puede conseguir, teniendo en cuenta tanto las características personales como las posibilidades reales de conseguirlo.
La clave: La pasión!
Joshua Aguilar, acaba de publicar un libro muy interesante que se llama “Diario de un emprendedor” y a resaltar su opinión a este respecto: hay que detectar qué es lo que nos apasiona. Es clave, ya que seguro que habrá momentos en los que las cosas saldrán mal, si no estamos convencidos de qué es lo que queremos, probablemente abandonaremos, pero si lo que nos guía es la pasión… seguiremos!.
El esquema sería el siguiente:
PASO 2: Si es factible, el siguiente paso es establecer unos objetivos determinados, para responder a la pregunta:
¿Cómo quiero estar dentro de 5 años?
PASO 3: Una vez respondido a esta pregunta, hay que identificar los requisitos concretos necesarios para poder alcanzar con éxito el objetivo de alto nivel. (Habilidades requeridas, idiomas, formación especializada, contactos necesarios, homologaciones de títulos,…).
PASO 4: Y a partir de estos objetivos, hay que definir una estrategia a medio plazo y planes de actuación anuales concretos para conseguirlos. En este paso, hay que definir con exactitud qué acciones concretas se deben realizar:
- Formación: cursos concretos, seminarios,… para ello se deben identificar los conocimientos y habilidades clave más valorados, identificados en el paso 3.
- Habilidades profesionales: es importante desarrollar las capacidades transversales como liderazgo, negociación, etc.
- Contactos: detectar los agentes principales del área concreta e intentar llegar a ellos. Una buena opción son las redes sociales profesionales como linkedin.
- Idiomas: si queremos trabajar fuera de España, hay que tener en cuenta que el idioma clave, no es el inglés –que se da por supuesto-, sino el de cada país.
PASO 5: Desarrollar el plan definido en el punto 4, y no perder de vista si se va cumpliendo y observando el mercado y el entorno de nuestro objetivo (pasos 2 y 3), para ser capaces de detectar posibles cambios que nos hagan redefinirlo, perfilarlo o incluso abandonarlo.
La mala: hay que aportar valor.
Uno de los cambios que se han producido en el mercado laboral Español, es que es hay que aportar valor a las empresas y/o clientes para conseguir trabajo. Así, en mi opinión, no es suficiente con tener unos conocimientos generales sobre algo, hay que ser especialista. Uno debe dominar con profundidad el tema o aspecto al que acceder (pasos 1, 2 y 3).
De forma que se pueda aportar valor concreto y además se perciba una diferencia entre el resto de competidores. La identificación y potenciación de esta diferencia es un aspecto estratégico a desarrollar.
Concluyendo:
No es suficiente con tener un título universitario, tampoco con tener experiencia. La clave es identificar cuál es nuestro objetivo, ¿qué queremos hacer? Y ¿en qué somos buenos? y desarrollar un plan para conseguir ser los mejores en ello.
No se debe ser generalista, sino concreto y la especialización es una de las líneas a seguir. Nos va a permitir ser referentes y aportar valor concreto a cualquier organización y se nos percibirá de forma diferente al resto de agentes.