¿Nos vemos en metaverso?: la próxima oficina virtual

Mucho se está hablando sobre el metaverso, qué es y qué posibilidades reales tiene de que se implante a nivel global. Quizás la mejor forma de entender en que consiste este mundo paralelo y virtual lo tenemos en la película Ready Player One que ilustra perfectamente lo que podría ser.

Las perspectivas son muy altas, el crecimiento es muy importante y, lo más significativo es que las grandes empresas están apostando por el metaverso. De hecho, Facebook ha cambiado su nombre a Meta, resaltando su intento para combinar el mundo real con el virtual y, de alguna forma realizando una gran apuesta de futuro. También Roblox, intenta mezclar juego con educación en un entorno totalmente inmersivo. O incluso Microsoft incluye entornos virtuales y «gemelos» digitales para las reuniones en Teams.

¿Pagarías 650.000$ por un barco virtual?

No serías el primero ya que un jugador de The Sandbox, uno de los juegos más populares del metaverso ya lo ha hecho. En realidad le ha costado cerca de 149 ethereums, y es un NFT de Republic Realm, cuyo nombre es The Metaflower Super Mega Yacht.

 

Nos puede sorprender más o menos esta operación, pero sin duda, pone sobre la mesa una realidad que va más allá de una mera anécdota y nos hace reflexionar sobre cómo adaptarnos y aprovechar las posibilidades que el mundo virtual puede ofrecer tanto desde el punto de vista personal como profesional

Reuniones virtuales: más que una opción

Hoy en día, las reuniones virtuales ya no sorprenden a nadie y plataformas como ZOOM o WEBEX son parte del día a día siendo herramientas fundamentales a la hora de diseñar las comunicaciones dentro de un proyecto, además de servir de gran ayuda para optimizar los recursos.

Pero para poder sacar todo el potencial, hay que seguir algunas pocas reglas. Hablando con un cliente que estaba empezando a usar masivamente reuniones virtuales, me comentó que no estaban completamente seguros de que dichas reuniones estuvieran funcionando bien y que no percibían que pudiesen sustituir a las reuniones presenciales tradicionales. Cometían uno de los grandes pecados de las reuniones virtuales: los asistentes no se encendían las cámaras. De hecho es fundamental establecer unas reglas básicas (ground rules) que incluyan, además de las buenas prácticas típicas de cualquier reunión (duración y agenda fijada, facilitación,…) la obligatoriedad de que todo el mundo siempre tengan la cámara encendida.

El objetivo no es otro que intentar acercar estas reuniones a distancia a la comunicación cara-a-cara de las reuniones presenciales, en las que el lenguaje no verbal y la conexión humana marcan la diferencia.

Reuniones en el metaverso

¿Cómo podría ser una reunión en el metaverso?. En principio parece que podrían tener lo mejor de los dos mundos: posibilidad de realizar reuniones con asistentes localizados en cualquier parte del mundo y en cualquier momento y, además, al crear una experiencia totalmente inmersiva, dependiendo del nivel de detalle al que se pueda llegar (inclusión de emociones y cierto lenguaje no verbal), se podría acercar al cara-a-cara.

Mucho camino queda por andar y las incertidumbres sobre cómo se desarrollará el metaverso son muchas y solo el tiempo lo aclarará. El hecho de que cada asistente puede crear un avatar que tenga la representación que desee, sin apenas limitaciones podría romper algunas barreras pero también podría generar una pérdida de contacto con la realidad.

Este mundo paralelo puede quedarse en nada o ser el siguiente paso en internet y suponer una gran revolución.