Sin duda, el rol de director de proyecto o Project Manager (PM) está de moda y se está imponiendo en la mayoría de empresas. De hecho, a diferencia de las empresas de hace 10 años, ahora podemos encontrar sin dificultad, perfiles profesionales que se dedican a implantar y a hacer realidad los proyectos de sus organizaciones.
El efecto Halo
En muchas ocasiones lo que suele ocurrir es que personas que han demostrado su valía en otras áreas de la compañía, y debido a la confianza que han generado, pasan a ser responsables de los proyectos que éstas quieren desarrollar para obtener los objetivos estratégicos y sus beneficios asociados.
Entonces, probablemente, estemos entrando en el campo de la incertidumbre, ya que gestionar un proyecto no es algo sencillo y fácil. De hecho, es muy complicado y cada vez más. El entrono en el que se encuentran los proyectos, las restricciones cada vez más ajustadas, el cambio constante, la presión de los competidores y el conocer las expectativas de los stakeholders –a los que afecta el proyecto-, son un ejemplo de los retos a los que se enfrentará el PM.
The Standish Group, realiza interesantísimas encuestas sobre la percepción del éxito en los proyectos y al hacerlas anualmente, los datos se pueden comparar. Y se observan conclusiones como que los ejecutivos a los que se les pregunta por el índice de éxito o fracaso de sus proyectos, opinan que hay más fallos en los actuales que en los de hace 5 o 10 años. La encuesta está realizada en el sector IT, donde la complejidad de la tecnología es un factor clave, pero, sin duda, nos da una idea del mundo en el que nos movemos.
Eficiencia vs eficacia
Así, un PM que empieza a gestionar proyectos, tiene un camino duro delante de él, ya que irá aprendiendo y descubriendo las técnicas y buenas prácticas a realizar, conforme se vaya enfrentando a los problemas. Y probablemente, cuando haya realizado unos cuantos proyectos, sea capaz de discernir un modelo de trabajo que le ayude y sistematice su forma de trabajar y de gestionar, y por tanto, su vida… será más fácil.
Hasta entonces tendrá que luchar por ser efectivo; conseguir realizar el trabajo y probablemente ese sea su mayor reto, al que tenga que dedicar toda su atención.
“Al final todo sale”
Esta frase la he oído innumerables veces y quiere transmitir la realidad expuesta en el párrafo anterior. Con mucho esfuerzo y pelea, al final se termina. Pero, la cuestión es: ¿el esfuerzo ha sido eficiente? ¿se han aprovechado correctamente los recursos de la compañía? ¿se ha malgastado tiempo y dinero en fallos y re-trabajo?.
Evidentemente, si el PM está centrado en poder terminar, no tendrá tiempo de la excelencia ni de la optimización.
El camino a seguir
Ariel Saltz, PMP® y especialista en selección de personal en Hays (Canadá), analiza en el número de PMNetwork de PMI® de julio algunos de los pasos a seguir por un PM para poder, definitivamente, ser un buen profesional. Me gustaría enumerártelos y comentarlos:
1.- ¡Todo es un proyecto!: realmente, cuando uno ya ha dirigido muchos proyectos, todo lo ve bajo la “deformación profesional” y cada vez que hay que hacer cualquier cosa, nos nace el utilizar las herramientas que funcionan. Así, para un PM que está arrancando, es fundamental aplicar, aunque sea de forma sencilla, los principios de gestión de proyectos.
Por ejemplo, en una empresa, decidimos organizar un pequeño evento; campeonato de futbolín, entre los miembros de los equipos de proyectos, y un grupo de ellos lo organizó aplicando sencillas técnicas: WBS, cronograma, RACI, y monitoring. El resultado fue espectacular y la implicación posterior del equipo mejoró substancialmente, al comprender que es posible, aunque tengamos un proyecto pequeño, mejorar la eficiencia.
2.- Crear tus propias oportunidades: propón un proyecto: Imparto clases en varios másters de gestión de proyectos y en ellos les pido a los alumnos que formen grupos y juntos desarrollen un plan de proyecto sobre una iniciativa que les interesa y que realmente sea factible. Es un método de aprendizaje PBL (Projects Based Learning) que me encanta, ya que, en varias ocasiones, al presentar el proyecto, los alumnos han conseguido desarrollar una propuesta de proyecto realista y que además, les ha servido para dirigirse a su empresa (o a un cliente nuevo) y proponerlo.
Es un cambio radical a la hora de relacionarse con un posible empleador (o para mejorar la posición en la organización) ya que denota una gran iniciativa y la capacidad de estructurar y planificar acciones.
3.- Investiga tu puesto deseado: También para un PM que quiere empezar, es fundamental pensar a medio-largo plazo; identificar el puesto, el sector, incluso el lugar –país- donde le gustaría desarrollarse profesionalmente. Esto le permitirá desarrollar un plan de formación sólido y alineado con los requisitos de este puesto.
Especialmente importante es este punto cuando se quiere cambiar de sector o industria. Una buena idea es localizar en linkedin profesionales que ya estén en esos puestos “soñados” y ver cómo es su perfil. Definitivamente: ayuda.
4.- Consigue el consejo de los expertos: Relacionado con el punto anterior, lo ideal es poder contar alguien que te mentorize en este proceso y junto con el que puedas seleccionar, de entre todas las posibilidades, cuál sería el mejor camino a seguir tanto en el ámbito laboral como formativo.
5.- Voluntariado: Otra gran idea es la de colaborar en programas de voluntariado en gestión de proyectos como el que tiene PMI®. Con esto se obtienen varios beneficios; por una parte, es posible ir introduciéndonos en el mundo del Project management y por otra en nuestro cv ya podemos ir incluyendo experiencia real, lo que ayuda a consolidarlo.
6.- Mejora de habilidades: Evidentemente, para encajar todas las piezas y ganar confianza, además de aprender, es necesario –imprescindible-, conocer y estudiar las buenas prácticas y los estándares de gestión de proyectos. Para demostrar tal conocimiento y las habilidades, la mejor idea es la de conseguir certificaciones que avalen que el profesional dispone efectivamente, de las habilidades necesarias para gestionar proyectos según las buenas prácticas aceptadas.
De hecho, PMI® en sus investigaciones sobre los salarios en gestión de proyectos, ha descubierto que, en la gran mayoría de países, el disponer de una certificación como PMP® o CAPM®, incrementa el salario –para un mismo puesto- en más de 20% de media (en algunos países llega incluso al 40%), lo que demuestra el valor que puede añadir a un cv. (+ INFO)